La Didactica Magna
J an Amos Comenius propone en la Didáctica Magna, publicada en 1657, un método educativo para toda la humanidad. Para Comenius, el ser humano es un “compendio del universo”: un “microcosmos”, un mundo en miniatura.
Nada, pues, necesita el hombre tomar del exterior, sino que es preciso solo desarrollar lo que encierra oculto en sí mismo y señalar claramente la intervención de cada uno de sus elementos.
Aboga por la escolarización universal, por enseñar todo a todos, totalmente, así como por la igualdad entre hombres y mujeres, y la educación de pobres y ricos. El mundo visible es seminario, refectorio y escuela de los seres humanos. Conocerse, regirse y encaminarse hacia Dios son los tres grados de la preparación para la eternidad, la humanidad debe llegar a la erudición,
la virtud y la piedad.
La obra se divide en tres partes.
En la primera, contempla el ser humano desde que nace, cómo se va formando y los fines que debe perseguir.
En la segunda parte, expone los fundamentos adecuados para la educación en las escuelas:
1. Que pueda instruirse a toda la juventud.
2. Que se instruya en todo aquello que puede hacerle sabio, probo y santo.
3. Que esta preparación de la vida ha de realizarse de modo que termine antes de la edad adulta.
4. Que se verifique sin castigos ni rigor, leve y suavemente, sin coacción alguna y de un modo natural.
5. Que se le prepare para adquirir un conocimiento verdadero y sólido, que cada ser humano se guíe por su propia razón, no por la ajena.
6. Que esta enseñanza sea fácil en extremo y nada fatigosa.
En la tercera parte, Comenius sigue el procedimiento hermético y expone que la enseñanza debe ser gradual, de lo más sencillo a lo más difícil, de lo concreto a lo abstracto. Y su organización de la escuela para el aprendizaje de niños y jóvenes es precursora de la actual: la escuela maternal, la escuela elemental, la escuela latina o gimnasio y la academia.
En conclusión, la Didáctica Magna constituye una importante reforma pedagógica, ya que posiciona la enseñanza como una ciencia, que no puede ser dada por cualquiera. Con ello, da un giro a todo el sistema educativo, poniendo en el centro al alumno.
La Pampedia
L a Pampedia forma el cuarto libro de la obra principal de Comenius: La consulta universal para la enmienda de los asuntos humanos. En ella, se recogen sus años de reflexión y trabajo educativo en distintos países europeos. La envergadura de esta obra sitúa al autor como uno de los grandes pedagogos de nuestra cultura occidental y pionero a la hora de definir la educación, organizar el aprendizaje y explicar cómo construir los materiales y métodos de enseñanza necesarios.
Según Comenius, la educación liberará al ser humano, le permitirá alcanzar la sabiduría y la felicidad para sí mismo y como servicio a la sociedad. Mediante la comprensión de la verdad, contenida detrás de los velos de la vida, se acabarán las diferencias y la intolerancia, así los hombres podrán encontrar el Bien Supremo.
La educación integral que presenta despierta el cuerpo, el alma y el espíritu, y conduce con ayuda de los libros adecuados a formar verdaderos seres humanos. Ella está conectada con la naturaleza, con el ciclo de las estaciones y los meses del año, pues hay que conseguir que la vida entera se convierta en una escuela.
Siguiendo un método práctico y teniendo en cuenta los tres grados del conocimiento (intuición, comparación e ideación) se educan los sentidos, la mente, el corazón, la lengua y las manos, en la verdad y no solo en la apariencia.
En esta reforma se deben incluir todos los aspectos necesarios para disciplinar al ser humano y formarlo para su fin. Entre ellos están el de instruirlo conjuntamente; evitar la coacción y los castigos; que el conocimiento sea verdadero y sólido, no superficial y falso; hacer agradable y poco fatigosa la enseñanza.
Preludio de la idea actual de educación permanente, Comenius sitúa a la escuela como rectora de cada una de las épocas de la vida, que ordena en ocho momentos: prenatal, de la infancia, de la puericia, de la adolescencia, de la juventud, de la edad adulta, de la vejez y de la muerte. Como ejemplo, para la escuela de la edad adulta, dice lo siguiente:
Observa las siguientes reglas de la prudencia eterna:
I. Es propio de un hombre sabio considerar siempre el fin, los medios y, finalmente, el modo de emplear los medios, es decir, una práctica segura.
II. Para vivir bien, felizmente, son necesarias pocas cosas. Si te faltan los médicos, ten como médicos estas tres cosas: un ánimo risueño, el descanso y una dieta moderada.
III. Vive como si fuese en público y al servicio del público. Para que también se pueda decir de ti: un hombre bueno es un bien público.